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Del mismo modo que después de llevar años conduciendo de casa al trabajo y del trabajo a casa. Hoy día, logramos ir desde A hasta E casi sin esfuerzo y sin acordarnos de que hemos pasado por B, C y D hasta llegar a nuestro destino E.
Ciertamente B,C y D siguen estado allí, hemos girado donde teníamos que girar y nos hemos parado dónde teníamos que hacerlo… pero lo hemos hecho tantas veces ya, que salvo que ocurra algo inesperado, reaccionamos con respuestas automáticas ante lo que ocurre. De tantas veces repetirlo, se han creado enlaces neuronales en nuestro cerebro que nos facilita conducir “con el piloto automático”.

Del mismo modo, mientras mas negociamos, mas situaciones familiares vamos sumando a nuestro cerebro y mas vínculos neuronales se van creando y fortaleciendo.
De repente, ciertas situaciones comienzan a hacerse tan familiares que empezamos a reaccionar ante ellas sin pensar. Y el número de situaciones familiares crece y crece a medida que seguimos negociando. Y mientras menos situaciones nos resultan desconocidas, mas confiados nos sentimos. El mercado deja de ser un gran misterio para convertirse en una consecución de situaciones, unas familiares que negociaremos, o no, y otras que nos resultarán desconocidas que sólo observaremos.

Para aprender a negociar es necesario experimentar muchas situaciones y sufrirlas, sólo de este modo van creándose los vínculos necesarios en nuestro cerebro. Sólo de este modo vamos aumentando “el banco de situaciones familiares”.

Adjunto jugadas de hoy mismo con algunos comentarios.

Un saludo.

This entry was posted on Lunes, Marzo 16th, 2009 at 10:57 pm and is filed under Trading, Sístema, Psicología. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.